Extraído de: http://holanoticias.com/news/2012/nov/20/un-buena-accion-para-dar-gracias/

CHARLOTTE, NC.- Son mas de dos años los que llevan voluntarios del grupo MIRA sirviendo desayuno todos los sábados a los jornaleros que se reúnen en la calle Wendover, al este de Charlotte.

Ahora que se aproxima la celebración del Día de Acción de Gracias, qué mejor ejemplo de solidaridad por aquellos que necesitan una mano amiga, que la labor que realizan estos hispanos por otros hispanos. Los jornaleros agradecen con entusiasmo el alimento que reciben, mucho mas en esta época, en los días fríos de noviembre. 

La resistencia inicial que ofrecieron los beneficiados, hoy se ha convertido en confianza. “Es algo que entendemos. Nosotros mismos teníamos nuestras dudas, y ellos las suyas. Con el tiempo hemos construido una relación y nos vemos como amigos”, dice Glenn Mercado, uno de los voluntarios fundadores de esta campaña de desayunos.

Dar para recibir

Se cuentan por decenas los trabajadores que llegan a este lugar con la esperanza de obtener un trabajo temporal que les permita llevar un pan a la mesa de sus familias.

Bernardo es uno de ellos. Natural de Huacho, Perú, lleva casi una década en Charlotte. Trabajador de la construcción, perdió su empleo con la caída de la industria. “Ya llevo varios años trabajando aquí y, gracias a Dios puedo sostener a mi familia. Glenn es un amigo, a él le cuento mis preocupaciones. Hoy me preguntó sobre la salud de mi familia. Es muy atento con nosotros”.

Para Mercado, de origen ecuatoriano, esta es una tarea de amor a la que dedica gran parte de su tiempo. “Yo mismo tuve mis problemas en mi muy lejano pasado. Me hubiera encantado que hubiera habido un lugar que me apoyara en mis épocas malas. Ahora puedo dar algo de lo que necesité me dieran a mí”, afirma.

‘El balsero’, otro de los jornaleros de este lugar, se presenta día a día en la búsqueda de trabajo. Pescador en Cuba, llegó a Florida en balsa después del huracán Andrew. La historia del trayecto es increíble. Charla como amigo con Glenn, mientras bebe un café caliente.

Rostros amigos y esquivos. Diferentes historias, un mismo fin. Trabajar y perseguir el sueño americano de prosperidad. Gracias a estos voluntarios, las duras condiciones en la espera del trabajo, que a veces tarda en llegar, se hace llevadera.

“Para nosotros este servicio es un esfuerzo, pero nos motiva la risa y el agradecimiento de la gente. Eso no tiene precio”, concluye Mercado.

Por CESAR HURTADO

churtado@norsamedia.com